En nuestra publicación anterior explicamos los conceptos básicos asociados a la potencia y la forma de determinar el llamado FTP (Functional Threshold of Power) o UFP (Umbral Funcional de Potencia). Ahora podemos comenzar a hablar de las acciones sistemáticas que podemos emprender para mejorar nuestro rendimiento individual en diferentes escenarios de exigencia como los sprints, ataques en montaña, largas fugas o simplemente para mantenerse dentro del lote a ritmo moderado por varias horas. Cada una de estas situaciones implica una exigencia diferente en tiempo e intensidad y un ciclista completo debe procurar preparar su cuerpo para afrontarlas exitosamente y sacar máximo provecho en aquellas en que por naturaleza posee facilidad. Esas acciones sistemáticas constituyen lo que se llama Planes de Entrenamiento. Estos se construyen tomando como base las características del ciclista (edad, peso, estado de salud, disponibilidad de tiempo, etc) y sus preferencias y objetivos a corto, medio y largo plazo. Dos recomendaciones importantes antes de iniciar un plan de entrenamiento son:
a. Hacerse un examen médico completo.
b. Buscar la asesoría y acompañamiento de un entrenador capacitado.
Con el fin de individualizar los diferentes tipos de desempeño en los que se requiere trabajar, se han definido ciertas zonas de esfuerzo tomando como referencia el FTP individual. En una de las metodologías más conocidas se definen 7 zonas de exigencia creciente. Hemos construido el cuadro que se muestra a continuación, en el que ilustramos las 7 zonas para diferentes valores de FTP e incluimos algunas características de lo que implica cada una de ellas.
En próximas entregas analizaremos diferentes tipos de sesiones de entrenamiento y la manera de utilizar la información que proporcionan aplicaciones como STRAVA para hacer seguimiento de nuestro desempeño en términos de los conceptos que hemos introducido.
Gracias por sus comentarios y nos vemos en la ruta.
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