Solo hay que pisar las calles (cuando las hay) de los barrios del sur oriente bogotano para entender la inmensa necesidad de miles de personas que le arrancan a la vida cada día un día más. Así...de uno en uno.
Allá en la montaña. Hoy llovió todo el día y casi puedo sentir el ruido característico de la lluvia en los techos de latón que cubren a familias enteras mientras comparten sus tristezas y alegrías en un solo espacio. Allá he podido encontrar hombres y mujeres, niños y niñas, con una sorprendente fuerza para sobreponerse a la adversidad. Son verdaderos héroes, levantando sus hijos ante la amenaza tangible de la droga y la delincuencia.
Muchachos que estudian con la más colombiana de las ilusiones: salir adelante. Muchas de estas personas necesitan un pequeño empujón para lograr algo tan fundamental como un techo, y ahí es donde Pedalazos Que Construyen busca contribuir.
El sábado 23 de abril, una maravillosa familia, decidió celebrar un acontecimiento familiar mediante la donación de una vivienda prioritaria y la levantó con sus propias manos para entregársela a quienes la estaban necesitando en el Barrio La Flora, localidad de Usme.
Esta especial familia adelanta una obra social cada año, sin falta. El destino tuvo a bien que se interesaran por la causa de la Fundación Pedalazos, y que fuera posible compartir con ellos esta experiencia que siempre llena el corazón y que deja satisfacciones y lecciones de vida. Gracias inmensas a esta familia por su ayuda.
La alianza entre las fundaciones Pedalazos Que Construyen y Un Techo Para Colombia, ha permitido transformar pedalazos en 98 viviendas prioritarias que se entregan rodeadas de una gestión social que apalanca la efectividad del esfuerzo. Para la necesidad no hay crisis.
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